CARTAS AL CIELO 

5 de Julio 2024

Hay temporadas donde todo parece ir mal, son esas temporadas donde te ves como dijo el salmista: "me siento como búho en el desierto, como un búho pequeño en un lugar remoto  y desolado. Me acuesto y sigo despierto, como un pájaro solitario en el tejado".

Y es que el búho vive en hábitats, tales como bosques, zonas anegadizas, pastizales, campos y bosques húmedos tropicales.

Lo mismo que estos búhos tienen su habitat, como uno de nosotros tenemos nuestro hábitat, sin embargo hay temporadas en nuestra vida que parece que estamos fuera de lugar,  no encontramos nuestro lugar, el sitio donde estábamos ya no sentimos que sea nuestro lugar,  somos como extraños, como si ese lugar ya no es el lugar donde vivimos, somos como extraños en el lugar donde pensamos que era nuestra casa.

Son temporadas por las que todos hemos pasado,  temporadas que nos parece que estamos viviendo en el desierto,  tenemos sed pero nada nos satisface, estamos como resecos por dentro,  la alegría se ha apagado,  el gozo ha quedado extinguidos,  no somos ni la sombra de lo que eramos, queremos orar pero no podemos,  queremos clamar más solo salen lágrimas,  nos parece que Dios se ha olvidado de nosotros,  estamos en una encrucijada y no sabemos por donde tirar,  vemos los caminos y todos nos parecen malos, solo deseamos sentarnos a un lado del camino y dejarnos morir...

Es en esos momentos donde todo está obscuro,  donde no tenemos fuerzas,  donde no lo vemos por ningún sitio, es en esos momentos que Su mano con más fuerza nos está guardando, es en esos momentos donde Su gracia se manifiesta en nuestra vida.

En esos momentos es donde Tu, mi amado Padre celestial,  estás podando mi alma, estas cortando todo aquello que me estorba,  todo aquello que se ha secado, todo aquello que no sirve.

Si es verdad,  nos sentimos morir, es como si fuera el invierno del alma pero para que haya una primavera en el alma, necesitamos ese invierno,  ese invierno donde todo se queda dormido,  donde   todo se queda aletargado,  para que en primavera salga todo fruto,  todo florezca, y vuelva la alegría y el gozo, vuelva el colorido y el verdor del nuevo renacimiento. 

No nos preocupemos de lis tiempos de desierto porque en todo desierto está la puerta de esperanza y una vez dentro de la puerta,  la esperanza se materializa y deja de ser esperanza para ser una realidad. 

Feliz fin de semana

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